Jacqueline Novogratz

Basándose en su último libro bestseller, la famosa filántropa Jacqueline Novogatz comparte su experiencia de treinta años trabajando en soluciones sostenibles para los problemas de la pobreza y ofrece una perspectiva valiosa para aquellos que quieren dejar el mundo mejor de lo que lo encontraron, ya sea en grandes corporaciones o en pequeñas aldeas rurales. Cuando Jacqueline Novogratz fundó Acumen en 2001, la inversión de impacto era poco conocida. Sin embargo, veinte años más tarde, la forma en que las empresas y otras entidades económicas evalúan sus negocios ha cambiado radicalmente. La inversión de impacto, en la que se busca "hacer el bien haciendo bien", es ahora considerada no solo moralmente defendible, sino también económicamente conveniente e incluso necesaria. Aunque no es fácil lograr un éxito que beneficie tanto a las empresas como a sus trabajadores y comunidades, Novogratz ofrece ejemplos de personas que han logrado cambios reales y describe la mentalidad necesaria para superar los obstáculos comunes que enfrentan los líderes empresariales.

Las memorias de Jacqueline Novogratz, El Suéter Azul, cuentan la inspiradora historia de una mujer que dejó su carrera en la banca internacional para abordar la pobreza mundial. Al compartir sus experiencias en África y en todo el mundo, enseña al público cómo la caridad tradicional a menudo falla y cómo una nueva forma de inversión filantrópica llamada "capital paciente" puede ayudar a que las personas sean autosuficientes. Novogratz desafía al público a otorgar dignidad a los pobres y repensar su compromiso con el mundo.

Jacqueline Novogratz comenzó su carrera en la banca internacional y desde entonces ha trabajado en Asia y África para encontrar nuevas formas de utilizar los negocios como una herramienta para crear un mundo más allá de la pobreza. En 2001, fundó Acumen Fund, un fondo de capital de riesgo global sin fines de lucro que invierte capital paciente (préstamos o capital en lugar de subvenciones) en empresas sociales que brindan bienes y servicios críticos a personas de bajos ingresos. En lugar de tratar a los pobres como receptores pasivos de la caridad, Jacqueline los ve como participantes activos con la dignidad de tomar decisiones por sí mismos. Desde entonces, Acumen ha crecido para invertir $ 73 millones en 65 empresas que han brindado atención médica asequible, vivienda segura, agua limpia, energía sostenible e insumos agrícolas a más de 86 millones de personas de bajos ingresos. Jacqueline comparte con el público varios ejemplos de la cartera de inversiones de Acumen Fund y las lecciones que han aprendido sobre cómo los mercados pueden actuar como un dispositivo de escucha para las necesidades de los pobres.

¿Qué significa ser un “capitalista paciente”? Para Jacqueline Novogratz, significa usar un enfoque empresarial en la lucha contra la pobreza global. Si bien la ayuda al desarrollo tradicional puede satisfacer necesidades inmediatas, Novogratz cree que el cambio a largo plazo requiere empoderar a las comunidades locales para que resuelvan sus propios problemas. Los dólares de caridad eventualmente se agotan, pero los enfoques basados en el mercado pueden continuar creando empleos y crecimiento económico a largo plazo. Como fundador y director ejecutivo de Acumen Fund, Novogratz ha invertido más de $62 millones en 60 empresas que han proporcionado bienes y servicios críticos a 45 millones de personas de bajos ingresos en el mundo en desarrollo. La cartera de empresas de Acumen Fund incluye todo, desde un operador de hospitales de maternidad de bajo costo hasta un fabricante de mosquiteros contra la malaria.